Marcos León
CRES+5 y la formación de profesionales en Paraguay: primeras alertas para el claustro
En Paraguay, como en toda la región, la educación superior está entrando en un punto de inflexión. No se discuten solo presupuestos y métodos: se redefine quién fija los estándares profesionales, qué valores orientan el currículo y hasta qué grado nuestras universidades conservarán su identidad y su libertad para formar médicos, ingenieros, docentes o abogados según las necesidades reales del país. En este contexto, documentos programáticos internacionales, como el preparado para la CRES+5 por UNESCO-IESALC, no son meras lecturas técnicas: son mapas de ruta que, si se adoptan sin debate, pueden reordenar silenciosamente la gobernanza universitaria, el reconocimiento de títulos y los contenidos transversales. Vale la pena leerlos con lupa. Aquí comparto un análisis inicial, pensado para profesores universitarios y equipos directivos, con señales de alerta y criterios para una vigilancia serena, crítica y documentada.
¿Qué documento estamos leyendo?
Se trata de “La educación superior en América Latina y el Caribe: avances y retos. Documentos de apoyo para la CRES+5” (UNESCO-IESALC, 2025). Es un compendio que actualiza la agenda de educación superior en la región y la alinea explícitamente con la Agenda Mundial de Educación 2030 (ODS4). La propia UNESCO se presenta como “líder mundial” que “dirige y coordina” dicha agenda, con enfoque en aprendizaje “transformador” y de “igualdad de género”.
Siglas básicas (para no perderse)
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UNESCO: Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
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IESALC: Instituto Internacional de la UNESCO para la Educación Superior en ALC (editor del informe).
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CRES+5: Revisión quinquenal (a 5 años) de la Conferencia Regional de Educación Superior (CRES 2018) y su Plan de Acción 2018-2028.
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ODS / ODS4: Objetivos de Desarrollo Sostenible; el ODS4 es el objetivo educativo de la Agenda 2030.
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ENLACES: Espacio de Encuentro Latinoamericano y Caribeño de Educación Superior; pretende articular sistemas y actores regionales.
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NCRALC / Convenio de Buenos Aires (2019): Nuevo Convenio Regional de reconocimiento de estudios, títulos y diplomas en ALC.
¿Qué hicimos y por qué hay que estar vigilantes?
Leímos y subrayamos pasajes relevantes del informe con foco en gobernanza, currículum, autonomía, internacionalización, inclusión y pedagogía. El documento ofrece datos útiles, sí, pero también orienta políticas con efectos prácticos sobre financiación, regulación del sector privado, reconocimiento de títulos y transversalización de agendas. Varias líneas no deberían implementarse, por su impacto en la autonomía de las universidades, la libertad de cátedra y la pertinencia nacional de la formación profesional.
A continuación, algunas alertas iniciales (no todas, seguiremos profundizando en próximas entregas).
¡Alertas a tener en cuenta!
1) Financiamiento y “gobernanza” con sesgo a homogeneizar
El Plan de Acción 2018-2028, retomado por CRES+5, llama a aumentar el % del PIB para educación superior, consolidar el financiamiento como política de Estado y regular al sector privado integrándolo a “sistemas universales de supervisión”. Esto puede traducirse en métricas únicas y condicionalidades que ahoguen la libertad institucional (incluida la confesional) si no se cuida la subsidiariedad.
Además, el propio documento advierte que la gobernanza debe blindarse de corrupción, burocracia excesiva e inestabilidad política, al tiempo que propone digitalización y trazabilidad para “rendición de cuentas”, lo que puede derivar en hiper-control si se aplica sin equilibrio.
2) Autonomía universitaria “equilibrada” por "nuevos controles"
El Eje 11 reconoce que el 86% de los países consagra la autonomía, pero reclama “equilibrarla” con aseguramiento de calidad y accountability. El ret, dice el informe, es encontrar un balance frente a presiones del poder político y económico. Bien planteado en teoría, pero en la práctica suele recortar capacidad curricular cuando las agencias externas fijan estándares rígidos.
El propio texto ilustra cómo reformas legales pueden subordinar a las IES al Ejecutivo (caso Nicaragua), afectando autonomía administrativa, académica y financiera. Advertencia válida para cualquier país que discuta cambios de ley.
3) Internacionalización con reconocimiento de títulos: ¿quién decide el estándar?
Se impulsa la ratificación e implementación del NCRALC (2019), “Convenio de Buenos Aires”, y la creación de estructuras nacionales de información para operativizarlo. Aunque facilita movilidad, externaliza decisiones sobre reconocimiento y puede condicionar perfiles de egreso si se vuelve automático o dominante.
El propio informe reconoce que pocos países han ratificado aún y que faltan marcos sólidos para que esto funcione de modo equitativo —señal de que no conviene precipitarse en adopciones que puedan comprometer la soberanía formativa.
4) Inclusión, género y diversidad sexual como ejes transversales obligatorios
El Eje 9 integra transversalmente inclusión, diversidad y equidad de género en políticas y currículos, con acciones afirmativas y metas de participación en cargos directivos. Algunas IES de la región ya introdujeron baños mixtos y políticas específicas. Es un giro institucional y cultural de alto impacto; de imponerse sin márgenes de ideario, chocará con la libertad de proyectos universitarios con identidad propia.
5) “Transformación pedagógica” y modalidad híbrida permanente
Se pide consolidar formación docente y revisar metodologías, manteniendo flexibilidad híbrida y evaluando costes para estudiantes y arcas públicas. La intención es razonable; el riesgo es caer en pedagogismo prescriptivo que uniforme prácticas sin evidencias claras de mejora en competencias profesionales reales.
6) Función social y agenda 2030 como “principio rector”
El texto propone que la gestión universitaria se vuelva modelo de sostenibilidad y sitúa el desarrollo sostenible como eje ético-operativo hasta 2028. Si estos indicadores pasan a regir acreditaciones y financiamientos, es probable que desplacen prioridades académicas hacia checklists globales antes que hacia necesidades paraguayas (lengua, ruralidad, salud pública local, ejercicio profesional).
¿Qué recomendamos a las universidades (y a las autoridades) desde ya?
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Cláusulas de soberanía curricular y profesional al tratar reconocimiento de títulos: cooperación sí, estandarización automática no.
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Autonomía con métricas acotadas: asegurar calidad sin colonizar el currículo; vigilancia contra reformas que subordinen la gestión universitaria.
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Respetar idearios institucionales en transversalizaciones; evitar que “políticas modelo” anulen la diversidad de proyectos educativos.
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Cuidar la práctica profesional intensiva en carreras reguladas (salud, educación, derecho, ingeniería) frente a la tentación de pedagogías de moda.
¿Que se viene?
Si bien hay diagnósticos útiles y desafíos reales, también hay derivas que, si se aplican sin filtros locales, debilitarán la libertad académica, la pertinencia nacional y la formación técnica de nuestros profesionales. Vamos a seguir leyendo y publicando posts sobre cada eje (autonomía, reconocimiento de títulos, inclusión, gobernanza y financiamiento, pedagogía), y en proximas entregas, intentaremos precisar páginas, para que el debate sea serio y verificable.
Nota personal: no soy catedrático ni profesor; soy un ciudadano preocupado por la educación en Paraguay, consciente de agendas que, sin debate suficiente, pueden convertir a nuestros jóvenes en “soldados ideológicos” en lugar de profesionales competentes y libres. Mi invitación a colegas y autoridades: vigilancia crítica, serena y documentada.