LOS CRUELES NUMEROS DE LA FIV: UN HIJO EN BRAZOS, VARIOS EN EL CONGELADOR

La cruel matemática de la FIV no habla de esperanza, sino de vidas humanas reducidas a estadísticas. Detrás de cada sonrisa hay hermanos no nacidos, cunas vacías y un dolor invisible.

Posteado el 25 de agosto de 2025 a las 00:35 por
Marcos León
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LA REALIDAD DE LA FECUNDACIÓN IN VITRO (FIV) EN NUMEROS Y SUS IMPLICANCIAS HUMANAS

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Nadie duda del amor inmenso de tantas mujeres y hombres que, en medio del dolor de no poder concebir, buscaron en la Fecundación In Vitro la esperanza de un hijo. Muchas de esas historias hoy se traducen en rostros de niños que viven entre nosotros y que, como toda vida humana, son un bien absoluto, valioso y digno. No hay culpa en esos pequeños, ni en quienes, movidos por la desesperación, acudieron a un camino que se les presentó como la única salida. Pero justamente porque reconocemos ese sufrimiento, no podemos cerrar los ojos ante la otra cara de la realidad: por cada hijo nacido, muchos hermanos quedaron en el camino, congelados o descartados. Lo que se vivió como un “milagro médico” tuvo también un precio oculto que la sociedad no puede ignorar.


 

1. ¿QUE SIGNIFICA "UN CICLO DE LA FIV”?

Un ciclo de FIV no es simplemente “un intento para tener un hijo”. Es un proceso que implica:

  • Estimular artificialmente los ovarios para obtener muchos óvulos.

  • Extraerlos mediante una punción invasiva.

  • Fecundarlos en laboratorio con espermatozoides.
    De ahí surgen embriones humanos, personas en su primera etapa de vida. No se crea “un hijo”, se crean varios hijos, esperando que al menos uno sobreviva.

En España, en 2021, se iniciaron 165.453 ciclos de FIV. De ellos, solo 33.869 partos se concretaron. Esto significa que apenas 1 de cada 5 ciclos culminó en un nacimiento.
En lenguaje claro: una mujer que inicia un tratamiento con FIV debe saber que, estadísticamente, el 80% de los intentos no termina en un hijo en brazos, sino en frustración, embriones congelados o descartados, y muchas veces en nuevos ciclos de dolor.


 

2. EL DESTINO DE LOS EMBRIONES: CONGELAMIENTO O DESTRUCCIÓN

El mismo informe revela que en España, a finales de 2021, había 777.679 embriones humanos almacenados en congeladores.
Más del 70% llevaba más de dos años congelado. Esto equivale a casi ocho estadios repletos de personas en espera de un destino incierto:

  • Algunos serán descongelados y transferidos.

  • Muchos no sobrevivirán el proceso de descongelación.

  • Otros serán descartados o usados para investigación.

La realidad es brutal: por cada niño nacido gracias a la FIV, varios de sus hermanos son congelados, desechados o mueren en el proceso. El dato es claro: en promedio, se transfirieron 5,4 embriones por cada parto logrado. Es decir, por cada hijo que llega a los brazos de su madre, otros cuatro no sobreviven.


 

3. TASAS DE "ÈXITO": LO QUE SIGNIFICAN EN CARNE Y HUESO

Las clínicas hablan en porcentajes. Pero ¿qué significa un 20% o un 30%?

  • Según el registro español, la tasa de partos por ciclo iniciado con óvulos propios fue apenas del 10,1%.
    Esto quiere decir que 9 de cada 10 mujeres que se someten a un ciclo de FIV no verán nacer a su hijo en ese intento.

  • Incluso con óvulos de donante, que ofrecen mejores cifras, la tasa de partos por ciclo fue del 20,5%. Dicho de otra manera: de cada 5 mujeres que se someten a la técnica, solo 1 consigue un hijo nacido vivo en ese ciclo.

Detrás de cada número hay lágrimas, dolor físico y económico, y sobre todo hermanos congelados o eliminados.


 

4. COSTOS Y EL NEGOCIO DE LA FIV

En Paraguay, un ciclo de FIV cuesta entre 15 y 20 millones de guaraníes (unos USD 2.000 a 3.000). Si consideramos que la mayoría de las mujeres necesitará 3 o más ciclos para lograr éxito, hablamos de un gasto de al menos 45 a 60 millones de guaraníes por pareja.

En España y EE. UU., el costo asciende aún más: entre USD 10.000 y 15.000 por ciclo. El negocio es evidente: detrás de cada historia de infertilidad hay clínicas que facturan millones, mientras los embriones sobrantes se acumulan en congeladores.


 

5. ALTERNATIVA ÉTICA Y QUE SI FUNCIONA: MEDICINA REPRODUCTIVA RESTAURATIVA

Frente a la FIV, que multiplica y descarta vidas humanas, la Medicina Reproductiva Restaurativa (como la Naprotecnología) ofrece un camino distinto:

  • No genera embriones sobrantes.

  • Busca sanar las causas reales de la infertilidad.

  • Respeta siempre la vida y la dignidad de los hijos.

Los estudios muestran que la Naprotecnología logra entre un 40% y un 60% de nacimientos en dos años de tratamiento , tasas comparables a las de la FIV acumulada, pero sin destruir vidas humanas en el camino. Además, el costo es muy inferior y no deja tras de sí el drama de embriones congelados.

Hay casos documentados de parejas que, tras fracasar en varios intentos de FIV, consiguieron concebir mediante Naprotecnología, porque lo que necesitaban no era un laboratorio que fabricara embriones, sino un tratamiento que curara su infertilidad .


 

6. EN PARAGUAY NO HAY DATOS, NI LEGALIDAD, SOLO PERMISOS.

En Paraguay, la situación es aún más grave: no existe ninguna normativa que regule cómo se practica la FIV. No hay registros oficiales del número de embriones creados, congelados o descartados, ni de cuántas mujeres se han sometido a estos procedimientos y con qué resultados. En la práctica, estamos ante una actividad sin control, en la que clínicas privadas lucran con el dolor de las parejas, ofreciendo técnicas que multiplican vidas humanas para luego condenarlas al congelador o al descarte. Y lo hacen a pesar de que la Constitución Nacional, en su artículo 4, garantiza la defensa de la vida humana desde la concepción. Permitir un plan nacional de reproducción asistida significaría no solo legalizar esta contradicción, sino además usar fondos públicos para financiar un negocio basado en la destrucción de vidas humanas en sus primeras etapas, cuando deberían ser más protegidas que nunca.


 

7. CONCLUSIÓN

Los datos oficiales son inapelables: la FIV es una técnica que promete mucho y entrega poco, a costa de un enorme sacrificio humano. Por cada hijo que nace, otros son creados y eliminados. No estamos ante una mera “tecnología médica”, sino ante un sistema que convierte la vida humana en material congelado, disponible o descartable según conveniencia.

En Paraguay, la gravedad se multiplica: no existe normativa alguna que regule la práctica de la FIV, no hay registros de cuántos embriones han sido creados, congelados o destruidos, ni de cuántas mujeres han sido sometidas a estos procedimientos. Mientras tanto, clínicas privadas operan sin control, lucrando con el sufrimiento de las parejas y en abierta contradicción con la Constitución Nacional, que en su artículo 4 protege la vida humana desde la concepción. Ahora incluso se pretende que el Estado destine fondos públicos para financiar este negocio que se sostiene sobre la pérdida de incontables vidas humanas en su primera y más frágil etapa.

Implantar un plan nacional de reproducción asistida sería institucionalizar el descarte masivo de personas en su origen, pagado con el dinero de todos los paraguayos. En cambio, fortalecer políticas públicas que promuevan la Medicina Reproductiva Restaurativa permitiría acompañar a los matrimonios que desean ser padres, curar las causas reales de la infertilidad y hacerlo sin convertir a sus hijos en estadísticas, embriones congelados o descartados.

La pregunta es clara para nuestras autoridades:
¿Queremos un país que invierta en sanar la infertilidad y acompañar con dignidad a las familias, o un país que financie laboratorios que producen más embriones de los que jamás nacerán?

Fuentes:

Estudio CEF 2021 - INFORME ESTADÍSTICO DE TÉCNICAS DE REPRODUCCIÓN ASISTIDA 2021 - Gobierno de España

Medicina Reproductiva Restaurativa VS Otras Técnicas de Reproducción Asistida

Elevado Costo de la FIV en Paraguay